Saturday, September 8, 2012

LA DIFICULTAD DE DESARROLLAR LA MENTE DE COMPASIÓN


Mientras observamos las campañas actuales para la presidencia de Estados Unidos, estoy seguro que muchos de nosotros estamos pensando en dónde ha ido la compasión con el movimiento continuo de los conservadores a la ultra derecha.  Si la compasión verdaderamente nos permite atestiguar el sufrimiento de nosotros y otros, ¿entonces a dónde se ha ido?  Según Sharon Salzberg, la autora del libro “Loving Kindness” (Amor Bondad), la manera para desarrollar la compasión es aprender a vivir en simpatía por todos los seres vivientes, sin excepción.  Además, para hacer eso, como dice ella tan correctamente, tenemos que ser capaces de abrirnos y de reconocer, y aceptar que el dolor y la tristeza existen; y luego establecer una relación apropiada con ellos. Entonces, ¿qué detiene a tantos americanos y sus líderes, especialmente en el lado conservador de la entidad política de hacer eso?
      
Tal vez, la respuesta esté en lo que Sharon dice después, “La compasión quiere decir tomar el tiempo para mirar las condiciones de cualquier situación.  Debemos tener la abertura y el espacio para ver ambas condiciones y el contenido.”  Aunque mucha gente imploraría la ignorancia de saber cómo hacer esto, mirando adentro de nosotros mismos, experimentamos los miedos que nos previenen de ver el dolor y la tristeza directamente.  Además de eso, quizá el temor de saber que una vez que veamos estas cosas no podremos evitar tomar la acción apropiada que también está ahí.  ¿Por qué no observar algunos de los niños con los dientes ennegrecidos debido a la carencia de acceso a la educación y el cuidado dental apropiado?  ¿Y otros quienes han muerto de cáncer, como mi sobrino, ya que no podían pagar para obtener los análisis para que los doctores pudieran hacer una diagnosis adecuada hasta que la gente encargada de indemnización obrera había dado su aprobación finalmente?  Estos ejemplos representan solo la punta de la montaña de hielo flotante!
      
¿Por qué no abrirnos a ellos?  Podríamos ir y pasar unos pocos minutos con la gente quien está sufriendo este dolor con su tristeza acompañante, y podríamos también abrir el internet para ver sus fotos y videos.  (Aunque, ¿no hay nada de verlo en persona, verdad?)  Después de experimentar la realidad enfrentando a nuestros paisanos, deberíamos haber desarrollado algunos sentimientos de simpatía y compasión (el deseo de quitar el sufrimiento del otro) para ellos.  Eso es precisamente la hora para ponernos quietos y enfocados por más o menos cinco minutos, traer a ellos y a su sufrimiento adentro nuestros pensamientos, atender a eso con una sola intención fija, y afirmarles a ellos una y otra vez, “Qué puedan ser libres de su dolor y tristeza.  Qué puedan encontrar la paz.”  Estas aspiraciones también se les conocen como la oración de amor bondad, una que es específicamente diseñada para nutrir la compasión.  Y con el uso de tal práctica, comenzamos a ver sus recompensas.
      
Al decir estas palabras y contemplando lo que observamos mientras pasamos por este proceso repetidamente, nuestra mente de corazón emprende a abrir como simpatizamos y enfatizamos a través de ver las condiciones y el contenido de agonía.  Tal vez, aun empecemos a atestiguar y experimentar nuestro propio miedo de sufrir, aprendiendo que nosotros, también, no estamos separados pero están en la unidad con la miseria de otros.  (Es posible que veamos la verdad en lo que los físicos declaran: “Nada está separada.”)  Solo por estar en el aquí y el ahora en el tiempo vertical, prestando atención sin oscilar al dolor que sentimos, podemos encontrarnos a nosotros mismos aprendiendo a soltarlo y dejarlo salir.  Cuando terminamos cada sesión de amor bondad diseñado por la compasión, es posible que evolucionemos a tomar acción con toda nuestra habilidad.  Aun algo tan sencillo como estar presente con otro, quien está experimentando mucho dolor, es suficiente.  Esa persona, de hecho, sentirá nuestra compasión.
      
Al preguntarnos a nosotros mismos lo que detiene a los americanos  y a sus líderes de reconocer el dolor y la tristeza que verdaderamente existe en nuestras sociedades, pronto averiguamos por nosotros mismos teniendo una sesión solida de “interbeing”, la comunicación hábil entre nuestros seres interiores y exteriores.  Al hacer esto, tendríamos que estar insensibles como una piedra, es decir no ser abiertos  por la experiencia de enfrente y dentro de nosotros.  A través del proceso, lo cual puede llegar a ser una práctica diaria, probablemente aprenderemos más de lo que sabíamos que existía tal como concierne a la miseria, y vemos que nosotros también, nos podemos beneficiar por la acción compasiva dentro de nosotros mismos y con otros.  En conclusión, ¿por qué deberíamos nosotros o la gente en el lado derecho político de la sociedad americana esperar?

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